Acordado por los ministros de Salud de la región, ofrece una guía para el desarrollo de políticas y planes de recursos humanos, la mejora de la distribución y retención del personal, y la formación de especialistas en salud familiar y comunitaria

Washington, DC, 26 de septiembre de 2018 (OPS/OMS) –Autoridades de la salud de la región de las Américas acordaron ayer un nuevo plan para reducir el déficit de los 800.000 trabajadores de salud adicionales que se requieren para colmar las necesidades actuales de los sistemas de salud de la región, durante la reunión del 56º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El Plan de acción sobre recursos humanos para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud 2018-2023 marca la ruta a seguir con el fin de dotar a los países de los recursos humanos necesarios para lograr la meta global de salud universal para 2030. Apunta, además, a mejorar su distribución geográfica y aptitudes para llegar a todas las personas, en todas partes.

“Los trabajadores de salud son la piedra angular de los sistemas de salud y su déficit es uno de los obstáculos fundamentales para el logro de progresos en materia de salud”, sostuvo la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “El plan aprobado hoy ofrece un mapa de ruta para combatir la escasez de personal, pero también para lograr su distribución equitativa y mejorar la calidad profesional”, agregó.

El plan ofrece una guía para que los países desarrollen sus políticas y planes de recursos humanos para la salud. En ese sentido, propone fortalecer y consolidar la gobernanza y rectoría de los Ministerios de Salud para que puedan realizar previsiones sobre las necesidades presentes y futuras de personal de salud, y para formular e implementar estrategias a largo plazo. 

También establece la necesidad de realizar mayores inversiones públicas en el área, así como mejoras en la oferta de empleo y las condiciones de trabajo, especialmente en el primer nivel de atención, en áreas rurales y sub-atendidas. 

El plan apunta, además, a ampliar el acceso a la atención a través de una mejora en la organización del sistema y en las condiciones de trabajo, con políticas de retención e incentivos. Esta medida ayudará a enfrentar también la alta migración del personal de salud que afecta especialmente a los países del Caribe. 

El fortalecimiento de las capacidades y aptitudes de los recursos humanos a través de una educación permanente es otro de los ejes acordados, dado que muchas veces el personal de salud no tiene el perfil, las competencias o la capacitación adecuadas para trabajar de acuerdo con un enfoque intercultural y de género que la población necesita.

Por último, el plan propone establecer acuerdos con el sector educativo para formar profesionales en función de las necesidades de los sistemas de salud. Plantea que los sistemas de acreditación de carreras consideren las competencias científico-técnicas, pero también las sociales, e insta a desarrollar un plan de formación para las especialidades prioritarias que contemple un incremento en la asignación de plazas destinadas a salud familiar y comunitaria.

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