Del 19 al 25 de mayo se desarrolla la Semana Internacional del Parto Respetado que se instituyó a nivel mundial desde el año 2004 por iniciativa de la Alianza Francesa por un Parto Respetado (AFAP).

En Argentina, la Ley 25.929 sobre Derechos de Padres e Hijos Durante el Proceso de Nacimiento fue aprobada el 26 de agosto de 2004 y establece, entre sus principales definiciones, que toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene derecho a:

• Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas
• Ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto
• Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud o de la persona por nacer
• A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto
• A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

Un poco de historia

A medida que los partos comenzaron a institucionalizarse a principios del siglo XX tomaron protagonismo los equipos de salud sobre el nacimiento, y así las familias y sobre todo las mujeres perdieron el lugar central que les cabe en un hecho trascendental, como es el nacimiento de un hijo. Las reglas de las instituciones, entonces, se impusieron frente a la decisión de los padres.

En 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) generó un informe titulado "Tecnologías de Parto Apropiadas" que contiene recomendaciones basadas en el derecho de toda mujer a recibir y ser partícipe de una atención prenatal adecuada y ajustada a sus necesidades y convicciones, el cual fue el puntapié inicial para la transformación del proceso de atención, que procura devolverle a la mujer y a la familia el papel activo respecto al cuidado del embarazo y el recién nacido.

Desde el ámbito legal se acompañó esta transformación tanto con un marco internacional como local.