Ministros de Salud y otros delegados de alto nivel de países de las Américas acordaron en primera semana de octubre una serie de acciones para avanzar hacia el acceso universal a la salud y la cobertura de salud en la región.

Al acordarse la nueva hoja de ruta, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, destacó la importancia del avance progresivo hacia ese objetivo para que todas las personas y las comunidades tengan acceso a los servicios de salud que necesitan, sin temor a dificultades financieras.

Etienne consideró que se trata de un proceso gradual y que cada país seguirá su propio camino y señaló que el logro de ese objetivo no solo promoverá el bienestar de las personas en toda la región, sino también contribuirá de una manera importante al desarrollo de sus países.

La hoja de ruta fue plasmada en la estrategia regional aprobada por el 53o Consejo Directivo de la OPS, constituido por funcionarios de salud de norte, sur, Centroamérica y el Caribe, reunidos en la sede de la OPS en Washington, DC.

Según cálculos de la OPS, un 30% de la población de las Américas no puede tener acceso a la atención debido a razones financieras, y un 21% se ve disuadido de buscar atención a causa de las barreras geográficas.

Las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad social, los niños y niñas, las mujeres, los adultos mayores y las minorías étnicas son los más afectados por estos problemas.

Adicionalmente, los sistemas de salud de muchos países no están bien dotados para satisfacer las necesidades de su población en ese terreno., con escasez de personal capacitado, especialmente en las zonas rurales y remotas, y se enfrentan con retos continuos para garantizar el acceso a medicamentos y tecnologías de la salud.

Asimismo, los servicios sanitarios de muchos países no se organizan de una manera que les permite proporcionar una atención integral y articulada.

La escasez de fondos públicos destinados a la salud es un desafío para la mayoría de los países de la región, especialmente los de América Latina y el Caribe, donde el gasto público en salud promedio en 2011 fue de apenas 3,8% de Producto Interno Bruto (PIB), comparado con el 8% en países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

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